Las 4 claves de la seguridad alimentaria en casa
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Sabemos que la salud es importante y estamos cansados de escuchar la frase de que somos lo que comemos. La seguridad alimentaria en casa previene enfermedades. Por eso, cada vez que salimos a comer a cualquier bar o restaurante nos gusta saber que se cumplen con las medidas sanitarias correspondientes y con las inspecciones pertinentes.
Nuestra casa no debería ser menos, por eso hay varios aspectos importantes sobre la seguridad alimentaria en casa que debemos tener en cuenta desde el momento de la compra de los productos hasta su correcta conservación una vez cocinados.
Lleva tu compra de manera segura
A la hora de comprar un producto, debemos asegurarnos de que este se encuentre en buenas condiciones. Observar su fecha de caducidad o de consumo preferente y calcular si lo vamos a consumir en ese tiempo es un factor importante a tener en cuenta.
Una vez comprados los productos, debemos transportarlos a casa en condiciones. Este aspecto lo tenemos claro con los productos congelados, pero también deberíamos aplicarlo a los productos de nevera. Las bolsas isotérmicas son ideales para llegar a casa con nuestra compra en un estado perfecto, pero también debemos intentar reducir el tiempo que tardamos en llegar a casa al mínimo posible, ya que estas bolsas no están diseñadas para conservar los alimentos por largos periodos de tiempo.
Una vez en casa, cómo almacenamos los productos también es importante. Nuestras neveras están diseñadas para colocar los alimentos de una determinada manera, atendiendo a sus características para conseguir la mejor conservación y la mayor seguridad alimentaria en casa.
Organiza tu nevera
La parte de abajo de la nevera suele ser la que más enfría, al estar más cerca del congelador. Por eso, en esta zona debemos colocar los alimentos perecederos que mayor refrigeración necesitan, como carnes y pescados. Los alimentos que se estén descongelando también debemos ponerlos en esta zona.
Los cajones son el lugar ideal para guardar frutas verduras y hortalizas.
En los estantes intermedios, lácteos, huevos, embutidos y alimentos a refrigerar una vez abierto su envase.
Los estantes superiores y la puerta de nuestra nevera son las zonas menos frías de nuestra nevera. Por eso, en los estantes superiores conviene colocar los productos ya cocinados y recipientes de conservas abiertos; y en la puerta bebidas, mantequillas, mermeladas y similares.
Cocina correctamente
Sabemos que la higiene en la cocina es la premisa desde la que se parte. Cosas como lavar bien nuestras manos y los utensilios que vamos a utilizar se encuentran en el imaginario colectivo de cualquier persona que vaya a entrar a la cocina a la hora de pensar en la seguridad alimentaria en casa. Pero quizás haya cosas que se nos escapen, o a las que no prestemos atención, como por ejemplo la contaminación cruzada.
Algo muy importante a tener en cuenta es lavar paños y trapos con frecuencia y, los que sean de manos, usarlos solo con nuestras manos limpias para secarlas, no para limpiarlas cuando contengan restos de comida.
Debemos evitar mezclar los ingredientes crudos con los cocinados y también usar los mismos utensilios para manipular estos alimentos. Dejar un producto ya cocinado en el mismo plato en el que se encontraba cuando estaba crudo también es una actividad de riesgo, ya que puede propiciar la propagación de gérmenes.
La temperatura
La temperatura es sin duda uno de los factores más importantes, junto con el tiempo, cuando hablamos de seguridad alimentaria en casa.
Entre 5 y 65 ºC las bacterias se multiplican rápidamente. Por eso debemos cocinar los alimentos por encima de los 65ºC para que estas mueran o mantenerlos en la nevera por debajo de los 5ºC para que los microorganismos se reproduzcan mínimamente.
Por este mismo motivo, el de la temperatura, es por el que no debemos descongelar los alimentos a temperatura ambiente, sino en la nevera, para que la temperatura vaya aumentando de forma progresiva.
También por la temperatura es por lo que debemos conservar las sobras de comida siempre en refrigeración, y no en el microondas o en el horno.
Conclusión
En definitiva, la seguridad alimentaria en casa tiene mucho de sentido común, pero hay datos y recomendaciones técnicas que conviene saber para no poner nuestra salud en riesgo.